Naolinco

El nombre de este municipio proviene del náhuatl y significa “Las cuatro estaciones” o “Lugar consagrado al Sol”, de acuerdo a diversas interpretaciones, ya que Naui, en numerología náhuatl “cuatro”; Oli, “movimiento”; Ko, “en.

Se ubica en la zona centro montañosa del estado, en las estribaciones de la Sierra de Chiconquiaco, a 30 km de Xalapa.

La historia de este poblado se remonta a la época prehispánica, pues era un pueblo totonaca, el cual era adorador del sol y la luna y poseían observadores, por lo que se les conocía como cronólogos.

Hasta el 1519, Naolinco fue un pueblo sometido al gobierno de Moctezuma Xocoyotzin; tras la llegada de los españoles, en 1532 se rebelan contra la dominación española reprimida por Diego Marmolejo.

Durante la Independencia de México, en 1812 se organizó allí una Junt Independiente presidida por Mariano Rincón a instancias de Teresa Medina de la Sota Riva, residente en Xalapa.

Naolinco fue, hacia 1816, centro de dominación insurgente y fue declarada capital en cuartel general en Tenampa. Ahí Guadalupe Victoria establece un centro de observación, en el cerro del Equinite.

El municipio llegó a ser nombrado Naolinco de Victoria ebn 1910 cuando se elevó a Villa.

Su extensión territorial es de 108.77 Km2, lo que representa un 0.15% total del estado.

Cuenta con el río Naolinco, que es tributario del Actopan. El clima de aquí es templado-húmedo-regular, con una temperatura promedio de 16 grados Celsius, y una precipitación pluvial media anual de 1,639.7 mm.

El ecosistema de esta región es de bosque caducifolia, donde se encuentra árboles de encino, guácima, mora, joba y orejón. Respecto a su fauna, se pueden encontrar poblaciones de tlacuaches, armadillos, zorrillos, conejos, mapaches y víboras.

Hay una parroquia, la de San Mateo Apóstol, uno de sus monumentos históricos, que está en la ruina de la iglesia de Santa María, en el lugar donde existe la población del mismo nombre.

Llaman la atención sus construcciones coloniales, que son pintada con colores fuertes y alegres que en conjunto formar un arcoiris arquitectónico.

Respecto a sus puntos turísticos, cuenta con una cascada de aproximadamente 80 metros de altura; hay un mirador, con dos niveles, donde se puede disfrutar de un bello paisaje conformado por la impresionante caída de agua y la sierra madre oriental.

También, su congreación de San Miguel Aguasuelos, donde se puede comprar alfarería como tinajas, caxcoyos, juguetería, nacimientos, macetas, alcancías, cantaros, campanitas, etc

En El Naranjillo se consigue una deliciosa pulpa de maracuya; y en la cabcera municial, trabajos de talabartería fina, donde se compran calzado para dama y caballero, bolsas, chamarras, chalecos y botas.

También se realizan máscaras de madera y relojes de máscaritas, personajes de la danza de Moros y Cristianos.

Tiene un museo, que es la Casa de la Cultura «Miguel Mata y Reyes», donde hay exposición artesanal en los meses de abril, mayo y septiembre; y se hace una muestra de altares en honor a los Fieles Difuntos, en noviembre.

Sobe sus festividades, celebran la Semana Santa y hace una representación de la Pasión de Cristo, así como procesiones en donde toda la población participa.

A finales de mayo celebran su Feria de la Primavera, con exposición y venta de flores, dulces y artesanías, bailes populares, elección de la reina y baile de coronación.

Su feria principal se celebra del 21 al 28 de septiembre y es en honor a San Mateo Apóstol. Igualmente hace una procesión por las calles principales del pueblo con danzas de pilatos, caines, y feria; y por la noche fuegos artificiales.

Al igual que a mayoría de los pueblos del país, celebran en noviembre Todos Santos, donde realizan “La Cantada”, que consiste en visitar las casas donde hay altares para entonar las llamadas alabanzas.

En octubre, el 25, celebran a San Crispín, patrono de los zapateros, con Danza de los Santiagos.

La música tradicional de este muncipio es con flauta y tambor y se acompaña de la Danza de Moros y Cristianos.

En su gastronomía figuran platillos como el mole de especias, chiles rellenos, embutidos, cacalas de cerdo, cecina. También dulces típicos de coco, leche con limón, nuez, pasitas, rompope, vainilla, cacahuate, jamoncillo de pepita, calabaza, higos y postres con majar y coco con piña, camote, galletas, mazafinas y polvorones, además de los exquisitos preparados de infusiones como son; vino de mora, de berenjena, guayaba, naranja, pericón, anís, uva, etc.