Aquila

Su nombre significa “Donde abundan los quelites de agua”, derivado del náhuatl Atl, “agua”; Kilitl o Kil, “quelite de agua”; La, “abundancia”. Se encuentra en la zona montañosa del estado, sobre la Sierra Madre Oriental, a 136 km de la capital Xalapa.
Este poblado era antiguamente totonaco pero pasó a manos de los olmecas y posteriormente a los mexicas. Aproximadamente en el año 1616 era un barrio perteneciente al municipio de Maltrata, aunque el barrio de Aquila fue fundado con anterioridad.
A petición de pobladores y españoles de ese barrio, se gestionó ante la Corona Española la independencia de la comunidad y fue hasta 1802 cuando se le concedió autonomía a Aquila respecto a Maltrata.
Su población se formó por inmigrantes que se fueron estableciendo en el lugar, ya que la mayoría lo hacía para tomar el camino llamado “cuesta de San Andrés”, que los llevaba a Puebla y por lo mismo, era una vía de comunicación con la Ciudad de México.
Durante la Independencia fue escenario de diversos enfrentamientos. Los combates más importantes por sangrientos y reñidos fueron los que se dieron los días 30 y 31 de marzo de 1915, fueron sitiados por las tropas carrancistas. Como único vestigio de aquella cruenta batalla solo queda un corrido escrito por una persona de apellido Arguelles en el «Corrido de Darío Vázquez Hernández».
Este municipio tiene una extensión territorial de 20.63 km, lo que representa un 0.03 km del total del estado.
Se encuentra regado por el río Blanco y pequeños afluentes. Su clima es templado-húmedp-extremoso con una temperatura promedio de 15.10 grados Celsius y una precipitación pluvial media anual de 1500 mm.
Su vegetación es de bosque templado caducifolio y bosque de pináceas, donde hay especies como el ayacahuite, ocozote, encino, pino colorado y oyamel; y hay poblaciones de conejos, mapaches, zorrillos, tejones y aves.
Su riqueza natural son los yacimientos de agua: el Campana, Tlatzala y el Fresno; cada uno generan varios cientos de litros por minuto y parte de esa agua se almacena para riego y para abastecer a los habitantes de la cabecera municipal.
En su gastronomía se encuentran platillos tradicionales como el manjar, el mole poblano, los tamales de rajas y de carne de pollo o cerdo, los buñuelos de harina, el pinole que se hace en Semana Santa con maíz tostado y molido con canela.