Templo de Nuestra Señora de Loreto

Por allá del año 1820 existía en Veracruz una capilla en el templo de Loreto, dentro del cual también se encontraba el hospital de San Carlos, a la cual diariamente llegaba una misteriosa mujer vestida de negro y un rebozo con un velo tapandole la cara a confesarse con el cura, lo cual le parecia extraño al padre, que ordenó a fieles de confianza que investigaran quien era esa mujer, lo que ninguno de ellos consiguió, dado que siempre que daba vuelta en la esquina desaparecía, ante los incredulos ojos de sus seguidores.
En cierta ocasión al confesarse el padre le preguntó acerca de su vida, contestando la mujer que tenía el presentimiento de que iba a morír en poco tiempo y que estaba tratando de encontrar a algunos familiares para heredarles la gran fortuna de que era dueña, agregando que ella vivía en el templo de Loreto la mayor parte del tiempo, aunque en algunas ocasiones lo hacía en la calle.
Los fieles del cura que nunca dejaron de investigar a la extraña mujer un día se dieron cuenta que entraba al cementerio y la siguieron para ver que estaba haciendo, la mujer abrió una tumba y sacó del interior una capa junto con un cofre de monedas, de pronto a uno de los fieles le invadio el terror y lanzó un grito, la mujer los miró y se introdujo en la tumba tapandola, uno de los fieles murió de la impresión, quedando los demás completamente desmayados toda la noche.
Cuando amaneció salieron del panteón dejando a su conocido muerto en el suelo, de inmediato fueron a ver al cura, con el cual regresaron al cementerio, llenandose de una enorme sorpresa al no encontrar en el suelo el cadáver de su amigo ni la tumba en la cual la mujer se había sepultado, ni una sola señal de que la mujer hubiera profanado alguna tumba.
Las autoridades se hicieron cargo del fallecimiento del hombre pero nunca fué encontrado el cuerpo, el padre solicitó que se exhumara el cadaver de la tumba con la finalidad de extraer la capa y el cofre, pero lo único que se encontro fué la osamenta de un cadaver que tenía muchos años de haber sido sepultado.
En la actualidad ya no existe el templo, pero en la antigua calle paseo de la constitución (hoy avenida Hidalgo), han sido vistos varias veces por transeúntes la figura de dos espectros que deambulan por esos sitios, uno de ellos con las carracterísticas de la mujer que frecuentaba el templo de Loreto, el otro se cree que posiblemente sea el hombre fallecido aquella trágica noche.